sábado, 8 de agosto de 2009

RAFAEL




Iznajar es aún hoy un pueblo relativamente pequeño que casi llega a los 5.000 habitantes y que tiene el honor de que, entre otros personajes importantes, es cuna del actual honorable pesident de la Generalitat José Montilla.

Último pueblo del sur de la provincia de Córdoba, en una encrucijada que le acerca a los límites de Granada y Málaga, y en mitad de Andalucía, mira al Genil desde una colina y tiene una serie de aldeas y cortijos a su alrededor que le dan unas características especiales de diseminación de la población.

Pues bien, allí en 1907 nació nuestro protagonista: Rafael

Nos podremos hacer una idea de cómo era Iznajar a principio de siglo XX. El típico pueblo andaluz, de jornaleros que tenían que vender su fuerza de trabajo para subsistir, por lo tanto nada original, ni nada que lo distinguiese del resto de pueblos de esa comunidad y de otras muchas de España.

Para los hijos de los jornaleros no era sencillo hacerse un hueco en la vida pero, por esas causalidades que a veces ocurren, Rafael fue a la escuela más tiempo de lo que solían ir los niños de la época. Y en aquella escuela rural aprendió a escribir, leer y las cuatro reglas. como se suele decir.

Poco, realmente muy poco sabemos de sus andanzas infantiles y juveniles, quizá porque poco haya que saber. Rutina y trabajo, algo que en la España de alfonso XIII, para un jornalero andaluz venía a ser lo mismo.

Lo que si nos consta es que nuestro héroe no pudo substraerse a las costumbres de su pueblo e ingresó, aún adolescente, en una cofradía llamada de los “Romanos” que tenía entonces, y tiene aún hoy, una importancia significativa en la celebración de la Semana Santa iznajareña. Pagaba “religiosamente” la cuota de 25 céntimos y comulgaba cada miércoles santo tal y como establecían entonces, no sé si ahora es así, las normas de la cofradía en cuestión.

Así que Rafael cada Viernes santo, se ponía orgulloso su uniforme de legionario romano y participaba gozoso en las celebraciones de la pasión del Nazareno con buena parte de sus convecinos. Después, muchos años después, aún lo contaba no sin cierta emoción y nostalgia.

Pero la vida en Iznajar, pese a las procesiones de Semana Santa y las fiestas de la Feria de Septiembre en honor de la patrona de la villa (Virgen de la Antigua), no era sencilla para Rafael y, como tantos y tantos andaluces, optó por la emigración. En su caso a Madrid. No volvería a ver Iznajar hasta pasados más de 50 años.

Llegó nuestro personaje con 21 años a la capital del reino. No eran tiempos sencillos para nadie porque en España, una vez más se había producido un “pronunciamiento” y un tal Miguel Primo de Rivera, capitán general de Catalunya, había dado un golpe de estado con la manifiesta complicidad del borbón de la época. Como tantas veces en este sufrido país, el ejercito salva patrias se dedicó a masacrar a sus propios conciudadanos.

Rafael se instaló en un cuarto de una casa de vecinos, en la que pagaba una modesta cantidad por usar una cama, con un armario y la cocina y el baño. Tampoco nada original. Allí había más vecinos que acogieron con simpatía al emigrante andaluz cuyo castellano era a veces -lo fue siempre- difícil de entender.

Madrid era entonces un poblachón manchego que ya estaba empezando a crecer, com siempre sin concierto y desordenadamente, víctima de la especulación, algo que no es nuevo, y de la explotación de los trabajadores, tampoco nada original.

Nuestro hombre, con los escasos conocimientos que tiene se pone a trabajar en la construcción, de peón de albañil y así puede mantenerse dignamente algunos meses. Pero las cosas se complican

En la casa donde Rafael vivía también lo hacia una viuda con su hijo de cuatro años, se conocen. A Rafael le hace gracia el “shico” y no sabemos si por el chico llega a la madre. Se casan al poco tiempo y tienen que cambiar de casa. Esto complica las cosas bastante porque no es lo mismo ser peón para mantener a uno en una pensión con derecho a cocina, que a tres, de los cuales solo uno trabaja. Hay que esforzarse y hacer más horas y trabajar a destajo. Por no le importa; es joven y está contento con su nueva vida.

Rafael tiene cierta conciencia social e ingresa en la CNT, ese sindicato tan odiado por la UGT, y que procuró masacrar con la connivencia de la dictadura de primo de Rivera.

Sin embargo, en 1931 se produce el milagro. El borbón ha dado una patada en el culo al dictador que ya lo sirve, le ha mandado al exilio a París y pretende, como ocurre siempre en la historia de los borbones, seguir tan fresco en el trono como si nada hubiera pasado. Se convocan y celebran unas elecciones municipales.

Ganan las candidaturas de los partidos monárquicos pero lo hacen en aquellos lugares en donde domina el caciquismo y el miedo. En las grandes urbes y en las zonas donde hay un proletariado industrial se imponen claramente las candidaturas republicanas. Rafael observa muy atento los acontecimientos.

Y el día 14 de abril de 1931, el Sr. Miguel Maura, abriendo un cortejo de hombres principales se presenta en la Puerta del Sol, ante la sede del ministerio de la Gobernación y pronuncia aquella magnifica frase: “Señores, paso al gobierno de la República”.

Rafael estaba jubiloso y esperanzado ante la sede de aquel ministerio en la que ondeó la bandera tricolor.

Continuara...


NB: he puesto deliberadamente el nombre y apellido del borbón con minúscula
.

13 comentarios:

  1. Esta historia, tan plagada de hechos reales, promete muchísimo. Espero con ansia lo que viene acto seguido al 'continuará'...

    ResponderEliminar
  2. Esperaré impaciente la continuación.

    Me ha gustado mucho Txema.

    besoss

    Sara

    ResponderEliminar
  3. Gracias chicas. Y, en efecto, es una historia absolutamente real.

    ResponderEliminar
  4. .. Tiene un sabor muy muy "familiar" ¿Me equivoco?
    .. E interesante, mucho..
    Attendons la suite avec impatience.
    Una abraçada, Txema.

    ResponderEliminar
  5. María:

    Ayer comí cazón en adobo. Me acordé de tí. Por allí les dais un toque especial y eso que este estaba muy bueno.

    ResponderEliminar
  6. Selma, no me tires de la lengua. Ten paciencia. Ya veo que os gustan más estos comentarios que los poíticos.

    un petonet

    ResponderEliminar
  7. Txema te has propuesto hacernos sufrir? Quieres que tus seguidoras, admiradoras, padezcamos sin piedad?
    Osas, pues, que muramos de curiosidad?

    Siguiente capítulo..... A LA DE YA...

    No es una orden... es un tema de supervivencia...

    Por favorcito, Txema... por favor "qué es lo qué le pasó?

    Un beso especial de fin de semana. Yo estos especiales tan solo los reservo para la primera quincena del mes de agosto.

    Agur!!!

    ResponderEliminar
  8. Carmen:

    Comprendo que es un poco faena lo que he hecho. Pero tiene una explicación:

    Colgar todo de un golpe sería demasiado texto y un poco ladrillo.

    De esta forma, aunque se interrumpa el relato, resulta menos tocho. Te en cuenta que estoy contando la vida de alguien al que conocí muy poco, lo cual rquiere que ordene mis recuerdos para no confundir cosas y situaciones.

    Algunos hechos me los han contado y tengo que hacer un esfuerzo para ajustarlos al relato. No es tan sencillo y quiero que salga bien.

    Ese es el motivo, nada de hacerte sufrir. Y tampoco al resto, evidentemente.

    Sabes lo que he pensado, recopilarlos todos y escribir un librito de recuerdos.

    Y muchas gracias por ese beso especial.

    ResponderEliminar
  9. Pues vaya Txema, nos has dejado a medias !Pero como aquí se dice, vale más "Menjar poc i pair be" osea que estaremos a la espera del próximo capítulo.Petonets guapo.

    ResponderEliminar
  10. Acá quedamos a la espera.....
    Y la incognita del final acucia.

    Saludos

    ResponderEliminar
  11. Me encanta esa forma de tejer en la historia con una vida particular (y real)... lo hace mucho más ameno y atractivo de lo que de por sí ya es trasladarse a una realidad que muchos no hemos podido conocer y, a veces, incluso imaginar....

    Gracias, no sólo por llevarnos allí, si no por hacer que deseemos volver a echar la vista atrás, a esa época donde no había tiempo ni ganas para tonterías....

    ResponderEliminar
  12. Una pregunta ¿por qué lo has puesto deliberadamente con minúscula?. Lo siento pero soy muy curiosa.
    Vengo de la segunda parte para conocer los orígenes de Rafael, y se me hacen tan familiares como los propios, con una salvedad, mis abuelos eran algo más jóvenes y fueron más "afortunados", cayeron en el bando que ganó la guerra. Me da a mí que Rafael va a pasar más que el señor.
    Besos

    ResponderEliminar
  13. Pues lo de la minúscula es una forma de demostrar mi rechazo a esa familia. Ya sé que es un poco pataleta pero...

    ResponderEliminar