Foto: Txema Ruiz
Tu forma de ser,
casi adolescente,
me traslada
a mi juventud
imprecisa y olvidada
que tal vez nunca fue
más allá de una utopía
inexistente.
Me pones delante
del espejo de mi vida
casi agotada,
tan inútil y vacía
tan inútil y vacía
que ya empiezan
a sonar las campanas
del destino por otro
fatalmente decidido
¿Por qué apareces tú
en este instante preciso?
porque mi carne ya no es carne
y mi sangre ya no es sangre.