Que infausta se torna la vida
en la hora dura y terrible
de tu ausencia indeseada .
La luz de tu presencia tan querida
un segundo antes clara y luminosa ,
se oculta, en un veloz
instante.
Y llega a mi la horrorosa tiniebla
de tu ausencia
tan temida,
que me atenaza el alma
y me transporta inclemente
a la noche larga e infinita
Tiemblo al sentir la hora
de tu marcha cada tarde;
siento cercano el temor
de un adiós
definitivo
cualquier día.
Y quedar para siempre perdido en la soledad
de ese pétreo y mudo banco
al que pongo cada día por testigo
de que te amo más que a mi propia vida
Son muy tristes las despedidas es sentir un desgarro en el corazón, y una amarga soledad que invade todo el alma.
ResponderEliminarUn beso.
Muy bella la improvisación.
ResponderEliminarBicos
María nunca me han gustado las despedidas, me producen una mala sensación, una especie de augurio negativo.
ResponderEliminarBesos
Dilaida siempre tan amalbe y generosa. Muchas gracias
Bicos
Deduzco que te ha gustado María. Muchas gracias por tu "piropo".
ResponderEliminarBesos
si esas piedras del banco hablaran, que tantas historias nos relatarían de amores y desencuentros, como la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues así es Myr, si las piedras de ese banco hablaran contarían cosas sobre amores y desamores sin duda alguna. Lástima que sean testigos mudos o quizá no... quién sabe.
ResponderEliminarEn todo caso querida amiga dejemos volar nuestra imaginanción.
Besos
Atenaza el alma despedirse de alguien querido, tú lo has expresado muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Isabel.
ResponderEliminarBesos
¡Ah, las piedras. Cómo hablan además de ver!
ResponderEliminar¡Cuánto no habrán oído en secreto!
Saludos
Y más las de un banco. Menos mal que son testigos mudos.
ResponderEliminarsaludos
No has vuelto a escribir Txema, espero que te encuentres bien.
ResponderEliminarUn beso.
Que profundo y hermoso es tu poema,todos los que amamos siempre tememos a la despedida ya sea porque el mor se acabe o lo que es más doloroso que el ser amado deje e existir,amar es ser feliz pero es temer perder esa felicidad,odio despedirme sufro mucho cuando personas que han hecho mi camino tan grato deben irse por lo que sea,por eso tu poema me ha tocado la fibra!un abrazo!
ResponderEliminarHola, non, no he vuelto a escribir. Verdaderamente son tiempos difíciles y los ánimos para la lírica no son los mejores.
ResponderEliminarEn fin, complicada es la situación, pero siempre queda la esperanza.
Besos y gracias por vuestros comentarios y vuesttro interés.