miércoles, 6 de octubre de 2010

LA RADIO DE DOÑA AMELIA





A pesar de que su hijo había insistido en varias ocasiones, doña Amelia siempre se había resistido a marcharse de su casa y trasladarse a vivir a la capital. Estaba convencida de que para ella sería un auténtico calvario tener que soportar los ruidos, la proximidad excesiva de los vecinos y el cambio necesario de costumbres que esto implicaría.

No, decididamente, era mucho mejor la casa solariega rodeada de recuerdos, algunos buenos y otros no tantos, pero recuerdos al fin y sólo suyos en todo caso.

Se arreglaba perfectamente con la ayuda de Mereces, la chica que dos o tres veces a la semana acudía a hacer alguna tareas que ella, ya por la edad, no podía hacer. La pulcritud y la limpieza era todavía una de sus virtudes, según ella, y de sus manías según su hijo.

Sin embargo, la soledad, era a veces una losa pesada que se hacía insorpotable. Los pensamientos, no siempre agradables, acudían entonces a su mente y angustiaban sus horas, con malos presagios.

Entonces era el mometo de encender la radio. La compañera de años y años.

Aquella tarde se había quedado traspuesta después de comer y de despedir a Mercedes que se había retrasado más de lo normal en la limpieza de los platos y vasos de la comida y casi se había marchado a la seis.


Doña Amelia escuchaba en el sopor y rutinariamente, las noticias o el parte, como seguía diciendo ella, acostumbrada a esa palabra, tantas veces oída durante la guerra civil y algunos años después.

La vieja radio seguía funcionando milagrosamente, aunque para ella era indiferente si podía sintonizar otras emisoras, porque siempre escuchaba Radio Nacional.

Sin embrego, pese a la somnolencia, no pudo evitar un sobresalto cuando oyó decir entre las noticias locales, que eran las últimas, que se había producido un suceso extraño en una aldea no muy lejana al pueblo donde ella vivía y que había un detenido sospechoso de la posible desaparición de una persona muy conocida en Galicia.

Recordó que su hijo le había comentado el día anterior que pensaba invertir parte del dinero que había ganado ese año en la compra de un pazo. Era una operación inmejorable y además, gastar el dinero en “ladrillo” era lo mejor que se podía hacer en ese momento.

Para ello tenía que visitar al dueño y ponerse de acuerdo en el precio. Si, recordaba perfectamente que ese era el nombre de la aldea, no había duda posible sobre ese punto.

Se quedó conmocionada porque no había oído toda la información completa y no sabía con exactitud que es lo que había pasado, ni tampoco quien era ese detenido.

No sabía qué hacer. No quería llamar a nadie porque no deseaba causar una alarma innecesaria a otros parientes y sobre todo, había que tener en cuenta que se podría tratar de cualquier otra cosa que no tuviera nada que ver con él.

Pese a que esa aldea no era muy grande era imposible que su hijo estuviera detenido por la desaparición de persona alguna.

Fueron no más de 30 minutos de inquietud porque, pasado ese tiempo, sonó el teléfono y escuchó la voz de su hijo que, como casi todas la tardes, salvo que tuviera algo especial que hacer, llamaba para saber qué tal estaba su madre.

Ella, un poco azorada, pero entre risas, le contó lo sucedido y su hijo le dijo que no era es día el que había quedado, sino al siguiente.

Doña Amelia, medio dormida, creyó haber escuchado en su vieja radio un suceso para el que aún faltaban algunas horas. Pero, eso, ella aún no lo sabía.

34 comentarios:

  1. ¡Vaya! eres el rey del relato corto. ¡ME GUSTAAAAA!!!!

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  2. Para saber qué pasó, tendrán que ir a tus dos participaciones anteriores.
    Me encanta esa forma de novelar en la que el tiempo no va en línea recta y salta adelante y atrás.
    Y me está encantando tu novela maravillosa.

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  3. maravilloso eso de ir enlazando los relatos de los concursos!!
    esta quedando una historia muy interesante.
    Besos y suerte!!

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  4. Maria Jesús me alegro de que te guste. En los dos próximos daré final al relato, si es que soy capaz, porque esto se ha complicado y dependo de tus fotos. Jajaja.

    Anusky gracias y ánimo porque seguro que presentas algo ¿verdad?

    saludos

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  5. Me ha encantado tu post, la radio fiel compañera de aquellos tiempos, veremos el final de la historia que la huelo dramática.Un petó.

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  6. ¡Txema, Maestro del suspense!Me ha gustado este "relatus interruptus", como interruptae , las clases de hoy en la Uni...Aprovecho y te leo desde la biblioteca..
    Besos, esperando la continuación...

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  7. Txema, de nuevo aquí, de concurso en concurso...
    sigues entrelazando relatos y tejiendo interesantes historias, dejando un halo de intriga...según el guión
    que marcan las fotos de Mariajesus...
    ¡suerte! te deseo, contrincante.

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  8. Interesante relato. Lo vas hilvanando a medida que nos vamos viendo liados en este concurso de la Señora de Paradela. Estoy intentando escribir alguna historia para concursar, así que posiblemente seamos de nuevo competidores. Saludos y suerte.

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  9. Si Gèni, también recuerdo gratos momentos a través de la radio. Creo que ya conté que gracias a ella se encauzó mi afición por la música.

    besos

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  10. Selma, tanto como maesto no creo, pero bueno, me alegro de que te haya intrigado el relato. Lo malo es que no sé si voy a saber acabarlo de forma adecuada.

    besos

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  11. Ana y Arobos será un placer leer vuestras historias, seguro.

    saludos

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  12. En muy inspirado novelista te has convertido. Me ha gustado mucho tu relato.
    Suerte
    Besos

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  13. Estupendo relato Txema, me gusta tu forma de escribir, está muy bien.
    Bicos

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  14. Carmen gracias por lo de inspirado. Con tanto halago me voy a poner colorado.

    besos.

    Dilaida también a tí gracias por tu comentario. Lo cierto es que vuestro apoyo es mi mejor premio.

    bicos

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  15. NOTA: para los que pasaís por este blog por primera vez o sólo habeís leído este relato os comento que está relacionado con otros tres anteriores que forman un solo cuerpo.

    Estan disponibles en este mismo blog, con la foto de un pozo y la de una máquina de escribir y se titulan: Teresa, Él y el periodista novato.

    Por supuesto no es que que sea obligatorio leerlos pero así este último tiene más sentido que por si sólo.

    un saludo

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  16. Txema, en cuanto tenga un rato me leo los otros dos relatos. Éste me ha encantado: por tu narración realista, por la viveza con que impregnas tus líneas. Bravo. Sólo puedo decir eso.
    Saludos progresistas de Madrid.

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  17. Sigo disfrutando con tus relatos, y me gusta mucho la sencillez y amenidad con que lo haces. Da gusto ver como estos "concursos" permiten que nos vayamos conociendo mejor. También concursaré para hacer lo que pueda, pero lo mejor de todo consiste en leeros. Un abrazo.

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  18. Gracias Marcos y MJ, soy muy amables.

    saludos

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  19. Me gustan los relatos en los que se juega con el tiempo. Un saludo

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  20. Me ha encantado ver la foto de la radio, igual que la que mi madre tenía y escuchaba el consultorio de Elena Francis, como he expuesto en mi blog, ¡qué recuerdos, amigo!

    Te abrazo en el día de la CONVIVENCIA BLOGUERA.

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  21. Eso me pareció a mí, que tenía relación con el anterior. Me parece un buen recurso literario que nos demuestras, claro, desde que te conozco blogueramente hablando, la primera vez me pareció el capitulo de una novela y este también.

    Saludos y suerte.

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  22. Muy bueno Txema. Me gusta esta Doña Amelia que escucha noticias anticipadas, que aún no se han dado realmente, en una vieja radio.
    La intuición, el misterio, el caserón, Galicia..., todo un cóctel
    ¿Te has planteado que tienes dotes para narrar?
    Enhorabuena y un beso grande.

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  23. Tus relatos estan llenos de frases que por si solas ya dicen mucho.

    Me gustan.

    Un beso

    noche

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  24. Cuántos secretos guarda esa vieja radio...

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  25. Bueno Txema, tendré que leer los otros dos capítulos, seguro que son igual de interesantes que este.

    Veo que eres de Izquierda Unida, solo por eso, y sin que sirva de precedente, voy a seguirte durante una temporada, si no te importa. Mucha suerte en el concurso.

    Un saludo, Ibso.

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  26. Te dejo el enlace a mi narración del concurso para que te sea más fácil. Un saludo, Ibso.

    http://caminoautopia.blogspot.com/2010/10/premonicion-narracion.html

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  27. Como he estado un par de días fuera no me he conectado.

    Quiero agradeceros a todos encarecidamente vuestros elogiosos comentarios sobre mis dotes como narrador, posiblemente inmerecidas por con toda seguridad sinceras. Y esto es lo que más aprecio, mucho más que cualquier otra cosa.

    Ibso, yo también seguiré tu blog.

    saludos a todos

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  28. Intrigante ese salto en el tiempo. En mi pueblo se oía el parte, si es que cogías la emisora. Radio Nacional y no todos los días...Que cruz!!!

    Saludos

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  29. Pues Calvarian eso pasaba en la mayor parte de los pueblos. La voz iba y venía y recuerdo la desesperación de mis tías, cuando se perdían algo de la novela.

    un saludo

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  30. El último relato que leí de usted (mejor de ti), fue EL PERIODISTA NOVATO; esta historia no es la continuación de chico que redactaba sus descubrimientos sobre el asesinato de un señor en una máquina de escribir muy antigua, o si??

    Muy agradable lectura. Quien no escucha Radio Nacional, es la única emisora que no se pierde y se sintoniza casi a la perfección. Sin duda, Doña Amelia tenía gustos muy exquisitos, tal como vivir en esa casa tan señorial y con tanta historia.

    Me gustó mucho.

    saludos.

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  31. Lemaki está relacionada con esa historia y con otras dos que escribí anteriormente para el mismo discurso y que puedes encontrar también en este blog.

    La primera se llama Teresa, que es además el inició de la serie y la segunda Él.

    saludos

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