viernes, 19 de marzo de 2010

VIVERE CON LENTEZZA



Hace ya algún tiempo leí en el diario “El País” un reportaje que me llamó la atención porque vino a confirmar una sospecha que tenía con respecto a la vida en Madrid, y la sensación de que en esta ciudad todo el mundo va con prisa y, evidentemente, no me refiero al editor del susodicho periódico. Sencillamente andan a toda velocidad.

Según el citado informe, Madrid es la segunda ciudad del mundo, después de Nueva York, donde la gente anda más deprisa, no ya es sólo que vayan con prisa, es que van deprisa a todas partes. Mi temor quedó, casi plenamente confirmado.


Cuando intento dar un paseo, tranquilo, observando a las personas y las cosas que hay a mi alrededor, cuando acompaño a alguien a tomar un café mañanero, cuando salgo a comprar algo que necesito, me rodea la prisa, la velocidad. No es posible llevar un ritmo suave, te empujan a ir también a la máxima velocidad posible, algo que me parece francamente antinatural.

Si voy a tomar ese café –té en mi caso- tenemos que ir deprisa y corriendo para llegar antes que otros posibles clientes y que no nos quiten el sitio. Si me paro en un escaparate de un librería o de una tienda de quesos o de otro cosa que me interese, me da la sensación de que estorbo a quienes circulan por esa misma acera. No lo entiendo.

O aún peor, si quedo a comer con alguien inmediatamente coloca sobre la mesa el teléfono celular en espera de alguna llamada que tenga que contestar de forma rápida, y se pasa el rato mirando el reloj, como si tuviera prisa.


Por eso me ha parecido genial una iniciativa, que tiene ya cuatro años, pero que en España creo que es casi desconocida. Nació en Italia, en Milán y se llama “vivere con Lentezza, que traduciría como vive con calma, con quietud.

El 15 de marzo es el día mundial de esa iniciativa que, este año, también se celebró en Shanghai, una ciudad que también debe distinguirse por su escasa tranquilidad.

De lo que se trata de es acompasar nuestro ritmo a la naturaleza en el sentido más amplio de la expresión, No es necesario vivir constante y permanentemente e toda velocidad, como su tuviéramos que demostrar algo, ganar algo.


Que nadie se confunda, que no estoy defendiendo la parsimonia, la vagancia o la impuntualidad, sino la calma, la tranquilidad, el sosiego, la capacidad de hacer las cosas de forma natural, de aprovechar cada instante que nos da la vida, algo que por cierto, nadie puede predecir.

6 comentarios:

  1. Holaaaaa, al fín estoy de vuelta Txema, han sido once días sín ordenador,buf !!
    Lo de la prisa es horrible, cuando vivía en Bcn tambien lo notaba, cuando me fuí a vivir a la Costa Brava me ponía enferma la parsimonia de la gente, entrabaas en una tienda y el vendedor hablaba con todo dios y la gente esperando y me subía por las paredes,jajajaja, ahora ya me he acostumbrado a la paz y tranquilidad y es genial.Petonets.

    ResponderEliminar
  2. Hola Txema... la verdad es que no soporto las prisas! Es una cosa que me llamó la atención de Londres, la primera vez que fui: lo rápido que camina todo el mundo. Es muy estresante! No sabía que Madrid fuera así también, aunque Barcelona déu n'hi do, también!

    Lo curioso es que mucha prisa, pero en España, de eficiencia, poca!

    Tendríamos que aprender a tomarnos todo con más calma... se harían las cosas mejor y más a gusto.

    ResponderEliminar
  3. Dos cositas: El informe ese no consideró a Tel Aviv, creo que le gana a Madrid por dos cuerpos.

    La cultura del "Slow DOwn" existe desde antes aún que la "lentessa" italiana y se viene poniendo en práctica. Esto a raiz de la cantidad de enfermos a causa del stress (USA, Suecia etc) claro que lograr un cambio sustancial lleva su tiempo

    La cosa no es haraganer o ser parsimonios, como bien lo señalas, la cosa pasa por utilizar bien los recursos. Ej : Resuelvo, delego, papelera-
    NO me preocupo, me ocupo. Planifico. Me organizo mejor etc.

    Un abrazo y muy buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  4. Estsoy totalmente de acuerdo. Qué absurdo vivir tan deprisa. Confunden las cosas: es necesario vivir intensamente qu no es lo mismo que vivir deprisa. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Interesante iniciativa que deberíamos poner en práctica los 365 días del año. Procuraré no olvidarme
    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Cuanto estrés Txema, no sé si sería capaz de vivir ahí, creo que prefiero la calma de mi pueblo, aunque como todo, vivir en una ciudad tiene cosas muy positivas que no tenemos por aquí.

    besos y abrazos de tu niña gallega.

    Sara

    ResponderEliminar